Maggie de Anda · Una sabe cuando no todo anda bien.


Un buen día te levantas y te miras al espejo a detalle: las arruguitas en la esquina de los ojos atrapan tu atención, las ojeras más negras y más profundas ahora se notan a simple vista y tu piel se ve algo… ‘colgada’. -Vaya! Piensas, -claro, si ya no tengo 20 años.

Te aplicas esas cremas antiarrugas c-a-r-í-s-i-m-a-s (tuviste que esperar un par de quincenas y estirar la pensión alimenticia para poder comprarlas y con suerte de oferta) pensando que si no las borran al menos lograrán que éstas se hagan menos notorias y retrasarán la aparición de las ‘nuevas’

 

Corres todo el día ocupándote del trabajo… tus hijos adolescentes… la limpieza de la casa, las compras urgentes, la llamada inesperada de tu amiga pidiendo consejo… etc. eso y mucho más que tú ya sabes, tal vez hasta un marido. Todo ello absorbiendo tu energía y tu esencia: tu MOJOE. Por supuesto que la lista de los asuntos NO resueltos es más larga e interminable y por desgracia seguirá aumentando de tamaño.

Todo eso lo vives día a día pero hoy te voy a preguntar ¿qué te sostiene? Tú haces maravillas, haces rendir el tiempo como con magia y siempre, siempre queda tu persona en último lugar. Pero ¿qué te sostiene? ¿Cuál es la base donde te paras? Tú mujer hermosa, eres como la Diana Cazadora una obra de arte, la obra maestra de la naturaleza. Tu cuerpo es tu templo, tu contenedor. Una pieza de arte tan perfecta tan bella necesita de pilares acordes que la hagan lucir en todo su esplendor. Necesita una base firme desde donde pueda erguirse segura de sí, desde donde pueda, a  lo alto, contemplar el panorama de su vida y trazar libremente su futuro.

Estos pilares serán parte tuya, y te darán impulso. Allí, estarás perfectamente plantada, consciente de quién eres, proyectando tu belleza única, revelando tu esencia irradiándola al mundo… a tu mundo.

Yo he tenido la fortuna de renacer. Estoy convencida de que la vida siempre te compensa. No importa donde estés ahora, ni qué tan dura haya sido la vida hasta aquí. Lo que realmente importa es que siempre existe la oportunidad de ‘volver a ser’. Mi vida no era precisamente un cuento de hadas, después de un matrimonio desgastante y doloroso, sometida a la presión de un trabajo demandante casi altruista y con la desbordante responsabilidad de criar a 4 adolescentes, mi esencia y mi cuerpo estaban bastante descuidados y deteriorados.

Claro que no me gustaba lo que veía en el espejo. Caminaba y podía sentir las lonjitas rebotando además de haber botado varios botones y cierres sin la posibilidad de comprar ropa nueva pronto. Y cuando comenzaba a sentirme afligida y estresada fue entonces que la vida empezó a compensarme. Con toda la emoción que te puedas imaginar, resulté ELEGIDA para un hermoso proyecto de cambio de imagen a través de MOJOE! Allí justamente mi vida empezó a cambiar.

Después de la plática y valoración con los expertos empezamos con el nutriólogo. El Dr. Luis Prieto y su equipo, todos muy profesionales y con un trato excelente hicieron lo suyo. Primero verificar mi estado general y después comenzamos ‘la dieta’. ¿Sabes que descubrí? que ‘la dieta’ no tiene que ser un martirio ni una pesadilla sino más bien un estilo de vida al que te introduces poco a poco. Para  mi sorpresa, en ningún momento sentí que moriría de hambre, al contrario, imagínate podía comer hasta 5 veces al día sólo que de una forma diferente, de una forma SALUDABLE. No he necesitado pasar horas cocinando para seguir las instrucciones del doctor Prieto. No he tenido que pasar horas en un gimnasio para ver resultados pronto. Trabajando como docente, es imposible tener tiempo suficiente para algo así. Y sin mayor esfuerzo, consiguiendo y preparando mis alimentos de forma sencilla y práctica, bajé 8 kilos en menos de 3 meses. Lo que es más importante fue empezar a sentirme físicamente bien: recuerdo que antes de la dieta me la pasaba bostezando toda la mañana y terminaba el día de trabajo exhausta, ahora, no más sueño durante el día. A través de mi nuevo estilo de comer, empecé a reducir medidas automáticamente. Por supuesto que mis malestares de colitis crónica desaparecieron por completo y qué feliz me sentí el día que un compañero de trabajo me dijo tímidamente que mi rostro se veía más limpio! Efectivamente mi cutis mejoró envidiablemente. El doctor Prieto fue monitoreando mi peso, mis medidas y el porcentaje de grasa en mi cuerpo alternadamente y  puedo decir que moldeó mi figura modificando mi alimentación semanalmente.

Mientras estaba en el proceso de alcanzar mi peso ideal y como parte del cambio de imagen que estaba ya transformando mi vida, obtuve otra enorme recompensa, el dr. Abel de la Peña, reconocido cirujano plástico, me practicó una mamoplastia de aumento, en otras palabras, tuve un aumento de busto, sí, por fin senos!

No me apena confiarte que yo no fui agraciada en ese sentido. Cuando llegué a la adolescencia empecé a notar que todas mis compañeras y amigas iban desarrollando sus senos mientras que en mí ese cambio simplemente no sucedía. Recuerdo ir creciendo de estatura y mi mamá comentaba con sus amigas, “ahora sólo le falta embarnecer”. Y no, no ‘embarnecí’

 

 

¿Porqué mi cuerpo no era igual que el de cualquier mujer? ¿porqué mi figura no tenía ese atributo 100% femenino? No lo sé. Y aunque no creo que mi autoestima se hubiera minado tanto por esa situación, si puedo decirte lo terrible que era encontrar ropa apropiada para ocultar el hecho. Solamente el sostén con relleno me ayudaba, ya que no había nada que sostener. Durante años busqué la manera de crear ilusión óptica y un gran dolor de cabeza era encontrar un traje de baño! Simplemente no había alguno que me quedara bien.

Claro que pasé varias penurias con semejante anatomía. Así que podrás imaginar cuánto deseaba poder tener y lucir un busto hermoso. Era un sueño. Y ahora, el sueño se ha cumplido. También en el consultorio del Dr. De la Peña recibí siempre un trato increíble. El y todo su personal son increíblemente profesionales. Estoy sorprendida porque tenía 2la idea de que una cirugía de éste tipo sería muy dolorosa, pero no es así. Los cuidados post-operatorios son muy importantes, sin embargo nada complicado ni doloroso y los resultados son impresionantes!

Hoy tengo 43 años y 4 hijos cuyas edades oscilan entre los 16 y los 21, mi cintura mide 63cms. Y cuando uso bikini no puedo evitar notar a toda la gente a mi alrededor mirándome discretamente. Mi auto-confianza ha crecido de una manera impresionante, me siento feliz, tan segura de mi misma como nunca antes y he redescubierto que toda la belleza que tu apariencia puede proyectar, está íntimamente ligada al amor que guardas en tu interior. Es cierto, cuando te quieres te cuidas y porque eres hermosa por dentro, mereces un contenedor bello a través del cual irradiar tu esencia.

Hoy, estoy más que agradecida con la vida por haberme bendecido con ésta maravillosa oportunidad. Estoy agradecida porque existan personas tan profesionales que además están dispuestas a dar un poquito de su ‘don’ a los demás. Hoy, me siento como aquellas maripositas que me encantaba mirar de niña, salí del capullo y ahora luzco esplendorosa, mejor aún me siento plena, hermosa y llena de confianza. Amo lo que soy por dentro y por fuera. Hoy me levanto sobre mis pilares… firme, con los brazos abiertos a recibir mi segunda oportunidad sintiéndome inmensamente feliz.