La clave para llevar un régimen alimenticio es la planeación, y decidir cual es el lugar ideal para ir a comer.

  • Antes de la comida, planee comer un pequeño refrigerio bajo en calorías para reducir un poco el apetito, no vaya muy hambriento a comer fuera.
  • Elija restaurantes que ofrezcan gran variedad de alimentos.
  • Pregunte cómo están preparados los alimentos: tamaño de la porción, cantidad de grasa, sal y azúcar.
  • Si ningún platillo es apropiado, cambie la preparación de los que están en la carta para que sea bajo en calorías. Por ejemplo, en lugar de pollo frito, pídalo hervido, al horno o asado.
  • Si el acompañamiento o la guarnición de su platillo tiene mucha grasa, como papas fritas o ensalada rusa, pida que lo retiren o cámbielo por ensalada fresca o verduras cocidas.
  • Retire el pan, totopos, mantequilla de la mesa, sólo son tentaciones.  Si está acompañado simplemente aléjelos de su alcance.
  • Ordene el aderezo o las salsas aparte.  Sumerja el tenedor primero en la salsa y luego tome la ensalada o el alimento.  No bañe la ensalada con el aderezo.
  • En la barra de ensaladas, evite lo que sea alto en grasa: vegetales marinados, verduras con crema, mayonesa o capeados, tocino, aceitunas, croutons, queso, aguacate, nueces o ajonjolí.
  • Si ordena una bebida alcohólica, evite las que  tengan crema y las muy dulces. Prefiera los vinos de mesa y los espumosos.
  • Si desea una entrada, escoja un consomé  o  jugo de tomate o  fruta fresca o verdura cruda.
  • Coma hasta donde se sienta satisfecho, lo demás pídalo para llevar.
  • Procure no ir a restaurantes con bufete. Si lo hace primero observe todos los alimentos para hacer la mejor elección y comience  con un plato de ensalada para calmar un poco el hambre.
  • Mastique lentamente y haga pausas entre los bocados, así se saciará más rápido.
  • Sólo ordene postre si tiene más apetito y si comió poca grasa.  Compártalo con alguien o sólo dele una probada para quitarse el antojo.